Pablo se encontraba prisionero por creer y predicar la palabra de Cristo, pero alienta a los filipenses a que lleven una vida digna del Evangelio sin dejarse intimidar por los adversarios, para que alcancen la salvación. También los alienta a que todo lo que hagan no la hagan por rivalidad ni vanagloria y no buscar su propio interés sino el de los demás. Tienen que trabajar por su salvación sin murmuraciones ni discusiones, dar culto según el Espíritu de Dios y gloriarse den Cristo Jesús sin poner su confianza en la carne
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